El mes de enero es de nuevas metas, propósitos, o planes; algunas a corto, mediano o largo plazo.
Dios es un Dios de planes, de metas, de objetivos, propósitos precisos. Vemos la historia de la creación en el libro de Génesis, también la caída del hombre, la promesa de redención y victoria, la promesa a Abraham; en el libro de Éxodo encontramos el plan y los objetivos de Dios para liberar de la esclavitud a su pueblo; en el libro de Josué encontramos la conquista de la Tierra Prometida; en el 1 Samuel la sorprendente historia del Rey David; un poco más adelante vemos como prosigue el plan de Dios para redimir al hombre a través de los profetas, uno de ellos Isaías; en los evangelios la sorprendente historia de Zacarías en el libro de Lucas; la maravillosa historia del nacimiento de Jesús; el plan trazado de Dios en la vida de Jesús para dar cumplimiento a la promesa de Génesis 3.15” Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar”; la poderosa historia de la resurrección de Jesús y su ascensión al cielo; el establecimiento reino de Dios planeado desde muchos años atrás y anunciado por Dios, en Daniel 2:44 y su cumplimiento en el libro de los Hechos 2.
En el Nuevo Testamento vemos el llamado de Dios, de Jesús con propósitos, con metas, con objetivos claros a dejarlo todo; Mateo 4:18-21 “18 Mientras caminaba junto al mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: uno era Simón, llamado Pedro, y el otro Andrés. Estaban echando la red al lago, pues eran pescadores. 19 «Vengan, síganme —les dijo Jesús—, y los haré pescadores de hombres». 20 Al instante dejaron las redes y lo siguieron.21 Más adelante vio a otros dos hermanos: Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que estaban con su padre en una barca remendando las redes. Jesús los llamó, 22 y dejaron en seguida la barca y a su padre, y lo siguieron.
Pablo nos anima diciendo: “12 No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. 13 Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante,14 prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” Filipenses 3.12-14
¿Qué cosas tendrías que dejar en tu vida para seguir a Jesús? ¿Si Dios siempre ha tenido un plan, una meta, objetivos claros, cuales son los tuyos para amar a Dios y amar otros?
